Sé tan grande como tus sueños

no te rindas, o ganas o aprendes, nunca pierdes


Después de un tiempo en el dique seco retomo mi actividad de juntar letras para dar ejemplo y esperanza a todos aquellos emprendedores que todavía se lo están pensando. Hoy quiero que seas tan grande como tus sueños.

Porque en los negocios hay muchos obstáculos que salvar y el más grande de todos ellos eres tú mismo, no te quepa la menor duda.

En este artículo te quiero mostrar el ejemplo de un tal Antonio, Antonio Fuentes¿Te suena? Ni idea ¿verdad? Pues su empresa sí la conoces, seguro.


emprender durante la guerra civil española
guerra civil española

¿Qué mejor momento para fundar una empresa que el inicio de la Guerra Civil Española?

El emprendedor es emprendedor siempre y bajo cualquier circunstancia. Ya lo escribí en el artículo en el que os hablaba de los inicios de El Corte Inglés

Y en este artículo os hablaré de Antonio Fuentes, murciano hijo de agricultores que prefirió intentar ganarse la vida fuera de los rigores del campo. No se le ocurrió mejor idea que abrir una charcutería en el pequeño pueblo de Alhama de Murcia, ¡en 1.936!

¿Se os ocurre peor momento para abrir un negocio que al inicio de una guerra civil? ¿O en un pueblecito de algo más de 5.000 habitantes? Y cuyos vecinos tenían la mayoría su pequeña huerta o terrenito donde cultivaban y criaban sus propios alimentos.

Pues Antonio Fuentes lo hizo, y no le salió mal del todo porque años después tenía abiertas otras dos charcuterías.

Esto ya es indicativo de que el empresario, tendero, ya era una persona de éxito. Consigue abrir un negocio durante la guerra civil y consigue expandirse durante la postguerra 

¿entendéis por qué me río de los “emprendedores” de ahora que se quejan de que no les llegan las subvenciones o que dichas subvenciones no son suficientes?

Para la gran mayoría de los pequeños comerciantes tener tres tiendas es el culmen. Para Antonio se le quedaba chico el negocio, así que en una de sus nuevas charcuterías, y utilizando el tocino que le sobraba, comenzó a elaborar y vender sobrasada (que es un embutido originario de Sicilia por mucha fama que tenga la de Mallorca)

De pequeño comerciante a pequeño industrial

Esto es algo que he visto en muchos emprendedores “de los de antes” en mi artículo sobre el fundador de ZARA podéis ver el mismo patrón. Se empieza con lo que se tiene y se avanza en el crecimiento para dar el mejor servicio posible.

Como lo de elaborar sobrasada se le daba bien en 1.954 inaugura una fábrica de embutidos. Dejando de ser sólo un tendero, un comerciante, un pequeño empresario… a un pequeño industrial que vendía su producción por los pueblos de la zona.

Con esto volvemos a ver una característica clara de los triunfadores. Comienzan a construir su sueño con lo que tienen y van modificando y adaptando su plan según sus circunstancias, éxitos, fortalezas, fracasos… Antonio Fuentes quería ser charcutero, y le fue bien, abrió tres charcuterías. Podría haberse quedado en eso, y dejar en herencia una charcutería a cada uno de sus hijos.

Pero se metió a mayores fabricando sobrasada para aprovechar el tocino que no vendía. Y le fue todavía mejor.

Podría haberse quedado explotando su “gallina de los huevos de oro”, fabricando dentro de sus charcuterías su ya famosa sobrasada. Pero pensó que lo lógico era seguir evolucionando y dar el salto a la elaboración de más embutidos.

Por eso, 18 años después de abrir su primera charcutería para vender los embutidos que elaboraban otros, abrió su propia fábrica de embutidos.

A partir de 1.954 él mismo controlaría la producción, elaboración y calidad de los embutidos que él mismo vendía en sus propias charcuterías.

Comienza así otro de los procesos comunes a los empresarios de éxito: controlar de principio a fin la elaboración o construcción de sus artículos o productos, hasta llegar a la venta de los mismos en sus propias tiendas.

Todo el proceso en manos de una misma persona, de una misma mente pensante, de una misma idea de negocio.

El peligro de las segundas generaciones

En las empresas familiares la segunda generación suele tener mucho peligro para la empresa. Puede que el sueño del fundador no sea el mismo sueño que los herederos. A ellos el éxito les viene dado y no siempre lo saben gestionar bien.

No es el caso que nos ocupa. Los tres hijos de Antonio tomaron las riendas del negocio familiar en los años 60. Y siguieron la filosofía del padre, que seguía vivo, coleando, y aportando visión y experiencia.

En 1.968, para seguir controlando todo el proceso de sus embutidos, se convierten también en ganaderos. Desde entonces también criarán a los animales con los que elaborarán sus embutidos.

En 1.971 ven la oportunidad y construyen un matadero y sala de despiece frigorífico y se lanzan también a la venta de carnes frescas y productos elaborados.

A estas alturas Murcia se les quedaba chica. Su expansión comercial llega a toda España y su famosa sobrasada, puesto que siguen elaborando su producto estrella que dio origen a todo esto, comienza a ser famosa en todo el territorio.

Pero España también se les queda pequeña. Y en 1.979 comienzan su expansión internacional´.

Es curioso que Antonio fundara su charcutería en un momento de crisis tan brutal como una guerra civil, y que expandiera su negocio durante una época tan difícil como la postguerra española.

Pues siguiendo con la filosofía del fundador, los herederos comienzan a transportar sus productos a medio planeta justo durante la segunda Crisis del Petróleo, cuando más caro y más complicado es transportar cosas; cuando más tensión hay entre los países y más conflictos armados de alta y baja intensidad se estaban larvando.
Debe ser cosa de los genes de la familia.

La muerte del fundador

La muerte del fundador de un negocio es un momento de crisis muy delicado. Aunque viviese retirado de los negocios, su presencia suele servir para mantener unido el negocio y a los hijos herederos.

Con el fallecimiento del fundador, los hijos tienen la manía de ir  cada uno por su lado, vender sus participaciones, entrada de personas ajenas con otra visión de negocio y sin el más mínimo apego a la filosofía del fundador.

Sigue sin ser este es el caso que no ocupa.

En 1.989 Antonio Fuentes fallece a los 77 años de edad. Su pequeña charcutería de Alhama de Murcia es en esos momentos el Grupo Fuentes, propietarios únicos de El Pozo Alimentación, un conglomerado de empresas dedicadas a la agricultura, ganadería, distribución, industria agroalimentaria, hostelería, inversión…

Y Antonio Fuentes pudo ver todo esto, pudo ver en lo que su idea inicial se convirtió, pudo disfrutar de su éxito.

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El Pozo Alimentación

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